10 abril 2021

BENDITOS Y NECESARIOS TONTOS

La pandemia que nos ha tocado vivir y las restricciones adoptadas para combatirla han hecho aflorar un buen número de nuevos tontos, que se han venido a añadir a la extensa lista existente con anterioridad.

Me refiero a esas personas que cumplen más o menos escrupulosamente con lo que se pide a la ciudadanía y que han de aguantar una y otra vez que se les llame tontos: tú eres tonto, yo voy al pueblo y no pasa nada; tú eres tonto, esto del cierre de tu barrio no lo cumple nadie; tú eres tonto, ¿quién va a saber que hemos quedado en tu casa a ver el partido?...

Son las mismas gentes, las buenas gentes, que respetan los límites de velocidad en las carreteras, que  respetan las colas, que no piratean la señal de la tele de pago, que piden el IVA en las facturas: los tontos, calificados una y otra vez de esa manera por amigos y familiares para los que lo normal es precisamente lo contrario.

Y es necesario que, de una vez, los tontos, benditos y necesarios tontos, sean reconocidos socialmente. Que se aplauda su civismo y se destaquen sus acciones.

Y es necesario también que los líderes sean tontos. Que no mientan, descalifiquen, lancen bulos: la política no puede ser así.

¡Ojalá hubiera más TONTOS, con mayúscula, en España!