Pese a lo mayoritario de la opción cristiana en el campo religioso y de la opción socialista (o de izquierdas al menos) en el campo político no parece todavía que ni la Iglesia ni el Partido Socialista estén demasiado acostumbrados a contar en su seno con "militantes dobles". Y ahí habría que hablar de la falta de compromiso político del ciudadano español, íntimamente relacionada con el desprestigio de la actividad política en esta sociedad.
Pero volviendo a la doble militancia, las mayores dificultades no suelen proceder, pese a lo que se pudiera pensar en un principio, del lado de la Iglesia, sino más bien de las agrupaciones o dirigentes del Partido Socialista. ¿Por qué? Sin duda porque la presencia de militantes de izquierda en el seno de las comunidades parroquiales es un hecho desde hace ya muchas décadas, y así lo testimonian comunidades de base, grupos parroquiales, movimientos eclesiales como la HOAC, etc. Todo ello claro está no quiere decir que estas personas contaran con el apoyo de la jerarquía en muchas de sus actuaciones, pero esta poco pudo hacer ante el valor de muchos de sus testimonios.
Bien distinto es el caso cuando se trata de aceptar la expresión de la fe en el seno de partidos de izquierda y más concretamente en el Partido Socialista. Han sido muchos los años en los que el anticlericalismo y el ateísmo han sido señas de identidad de la izquierda española, y por ello es difícil asimilar la presencia de compañeros que aparte de socialistas se proclamen cristianos (y lo mismo se podría decir de fieles de cualquier otra religión).
No quiero extenderme. Copio simplemente el primer párrafo de las bases ideológicas del PSOE:
El Partido Socialista Obrero Español, con más de 125 años de historia, es una organización política de la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación, aspirando a transformar la sociedad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso de los pueblos.
Esa aspiración es compartida por muchos hombres y mujeres, y entre ellos por muchos cristianos que buscan a través del Partido Socialista hacer realidad esa sociedad libre, solidaria, igualitaria y en paz.
Pero volviendo a la doble militancia, las mayores dificultades no suelen proceder, pese a lo que se pudiera pensar en un principio, del lado de la Iglesia, sino más bien de las agrupaciones o dirigentes del Partido Socialista. ¿Por qué? Sin duda porque la presencia de militantes de izquierda en el seno de las comunidades parroquiales es un hecho desde hace ya muchas décadas, y así lo testimonian comunidades de base, grupos parroquiales, movimientos eclesiales como la HOAC, etc. Todo ello claro está no quiere decir que estas personas contaran con el apoyo de la jerarquía en muchas de sus actuaciones, pero esta poco pudo hacer ante el valor de muchos de sus testimonios.
Bien distinto es el caso cuando se trata de aceptar la expresión de la fe en el seno de partidos de izquierda y más concretamente en el Partido Socialista. Han sido muchos los años en los que el anticlericalismo y el ateísmo han sido señas de identidad de la izquierda española, y por ello es difícil asimilar la presencia de compañeros que aparte de socialistas se proclamen cristianos (y lo mismo se podría decir de fieles de cualquier otra religión).
No quiero extenderme. Copio simplemente el primer párrafo de las bases ideológicas del PSOE:
El Partido Socialista Obrero Español, con más de 125 años de historia, es una organización política de la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación, aspirando a transformar la sociedad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso de los pueblos.
Esa aspiración es compartida por muchos hombres y mujeres, y entre ellos por muchos cristianos que buscan a través del Partido Socialista hacer realidad esa sociedad libre, solidaria, igualitaria y en paz.
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